El 27 de Junio se celebró el Día Mundial del Microbioma, con el objetivo de presentar el interesante y diverso mundo de los microorganismos al público en general y mostrar su importante papel en nuestra salud, la de los animales y la del medioambiente. Así, se trata de concienciar sobre la importancia de la microbiota y sus funciones en relación con muchas enfermedades, no solo digestivas sino también sistémicas.
Como ya explicamos en post anteriores, la flora o microbiota intestinal es el conjunto de bacterias, virus, hongos, levaduras, Archaeas y parásitos que habitan en el intestino. La microbiota intestinal ejerce distintas funciones en nuestro organismo, que más adelante dedicaremos post específicos para hablar de ellas (visita nuestro Instagram para conocerla ahora!), como son la función inmunológica, metabólica, de barrera, de defensa, de mantenimiento… Cuando se producen cambios cuantitativos y/o cualitativos en la microbiota, en su actividad metabólica o funcional, o en su distribución local, lo que se conoce como disbiosis intestinal, se generan graves alteraciones en el organismo que pueden tener serias consecuencias.
En el caso de una microbiota normal, la población microbiana se encuentra en equilibrio, de forma que todos los microorganismos viven en consonancia, a veces incluso de forma simbiótica, realizando sus funciones. No obstante, el equilibrio puede romperse por diversas situaciones, pudiendo producirse distintos tipos de disbiosis:
- Disbiosis intestinal por un sobrecrecimiento de determinados microorganismos (bacterias y/o Archaeas) no necesariamente patógenos, pero que genera un desequilibrio en el conjunto de funciones que ejerce la microbiota en nuestro organismo, provocando alteraciones funcionales del intestino.
- Disbiosis intestinal por una mayor presencia de microorganismos patógenos: en nuestro intestino también residen microorganismos con potencial patógeno. Cuando nuestra microbiota se encuentra en un correcto equilibrio, los organismos patógenos se mantienen bajo control, sin causar ningún problema. Sin embargo, bajo determinadas circunstancias, se puede producir un sobrecrecimientode estas bacterias patógenas, siendo aquí cuando empiezan a surgir los problemas.
- Disbiosis intestinal por pérdida de microorganismos beneficiosos: las bacterias beneficiosas que alberga nuestra microbiota cumplen, como acabamos de ver, funciones muy relevantes, entre las que se encuentra la producción de ácidos grasos de cadena corta, como el butirato. En otro post os contaremosla cantidad de beneficios que tiene. Debido a este efecto positivo que tienen sobre nuestra salud, podemos entender porque su pérdida afecta tan de forma negativa a nuestro organismo.
- Disbiosis intestinal por pérdida de diversidad microbiana: cuanto mayor sea la diversidad de microrganismos que resida en nuestra microbiota, mejor se encontrará ésta, al igual que nuestra salud en general. Es beneficioso para el huésped que haya una gran diversidad microbiana intestinal.
¿Cuáles son las causas más comunes de la disbiosis intestinal?
- Los antibióticos: entre los principales problemas que ocasiona el uso de los antibióticos no solo se encuentra la alteración de la microbiota intestinal, sino también la resistencia que las bacterias generan hacia ellos cuando se hace mal uso o abuso.
- La alimentación alta en proteína de origen animal: se ha demostrado que la elevada ingesta de proteína animal, especialmente la que proviene de carne roja y carne procesada, puede deteriorar el estado de nuestra microbiota y aumentar el riesgo de padecer cáncer colorrectal.
- Una baja ingesta de verduras y frutas: las verduras y las frutas deben constituir el elemento mas abundante de nuestra alimentación. En cada comida del día, las frutas y las verduras deben ser las protagonistas. Así, las fibras fermentables, el almidón resistente, los betaglucanos, fructanos… tienen acción prebiótica, que alimenta a nuestras bacterias beneficiosas, fundamentales para tener salud intestinal.
- La obesidad y el sobrepeso: se ha demostrado que las personas con un exceso de peso presentan una microbiota alterada, por lo que mantener un peso saludable también resulta clave para evitar la disbiosis intestinal.
¿Cómo sospechar si se padece disbiosis intestinal?
Cuando la microbiota intestinal se encuentra en estado de desequilibrio provocando una disbiosis, los síntomas que se producen pueden ser desde molestias digestivas inespecíficas como son las diarreas, estreñimiento, distensión y dolor abdominal, a tendencias a padecer intolerancias alimentarias o procesos de retención de líquidos, trastornos y alteraciones de la piel, patologías neurológicas como son las migraña, un aumento en la tendencia a padecer infecciones, patologías genitales…
Así, es de primera necesidad conocer el estado de tu microbiota, no solo podrás resolver muchas afecciones de las que estás cansado de no dar con la clave, sino que mantener una buena salud intestinal es salud general y fundamental para tener calidad de vida y prevenir la aparición de enfermedades.