El 8 de julio es el Día Mundial de la Alergia alimentaria, con el objetivo de concienciar a la población acerca de la importancia de esta patología, ya que su alta frecuencia (y cada vez mayor) lleva a los profesionales sanitarios a alertar a los pacientes acerca de su prevención, diagnóstico y tratamiento.

Según la Organización Mundial de la Alergia (OMA) el 20% de la población mundial sufre alguna enfermedad alérgica, manifestándose de forma general en la población infantil si bien también surgen durante la edad adulta. De hecho, se han identificado más de 200 alimentos causantes de alergias alimentarias. Recientemente, la OMS alertó que para el 2050 la mitad de la población mundial padecería algún tipo de alergia.

La palabra alergia viene del griego, de las palabras griegas alos y ergos. Alos quiere decir otro, diferente, extraño. Ergos quiere decir reacción. Así alergia se define como una reacción exagerada del sistema inmunitario ante una sustancia, denominada alérgeno, que no es nociva en sí misma.

Una de las causas de las alergias alimentarias es la permeabilidad intestinal. Cuando ésta aparece, debido a alteraciones de la mucosa intestinal provocadas por una disbiosis o por una inflamación, las células del intestino dejan pasar macromoléculas hasta el torrente sanguíneo, donde son reconocidas por las células del sistema inmune, que generan anticuerpos contra la molécula, dando lugar a la alergia a esa molécula concreta procedente de un alimento.

Así, evitar una disbiosis intestinal que genere una mucosa permeable ayudará a impedir el desarrollo de alergias alimentarias.

Los síntomas pueden ser de carácter cutáneo (prurito, eritema o edema), gastrointestinal (dolor, náuseas, vómitos, diarrea o quemazón y edema de la cavidad oral), respiratorios (asma o prurito y edema de la cavidad nasal y la garganta), ocular (prurito y edema) o cardiovascular (dolor torácico, arritmias cardiacas o hipotensión, que puede llegar a causar pérdida de conciencia). Las reacciones alérgicas suelen producirse entre pocos minutos y una hora después de la ingestión del alimento causal. Los síntomas que se manifiestan y su gravedad dependen de la cantidad de alérgeno ingerida y de la sensibilidad del paciente, y pueden durar días o semanas.

Es fundamental llevar a cabo un correcto diagnóstico no solo de la alergia en sí, sino de las causas de hiperreactividad del sistema inmune del paciente, ya que los síntomas de las alergias alimentarias pueden ir desde un malestar, hasta reacciones graves, potencialmente mortales, y además, se puede comenzar con una única alergia e ir desarrollando alergias a otros alimentos con el tiempo.

No deben confundirse con las intolerancias alimentarias, que generalmente sólo cursan con síntomas digestivos (diarrea, flatulencias, etc.) y que en ningún caso son mortales, aunque sí disminuyen enormemente la calidad de vida del paciente. De ahí que sea importantísimo realizar un correcto diagnóstico.

Visita la web de la Asociación Española de Alergias Alimentarias https://www.aepnaa.org/

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