Como hablamos la semana pasada, la microbiota influye fuertemente en la respuesta cerebral mediante la estimulación/inhibición de liberación de neurotransmisores.
Siguiendo la misma línea vamos a hablar sobre la importancia de la microbiota intestinal y un buen estado de salud mental.
Existen 5 vías de conexión entre la microbiota y el cerebro:
- Neuronas del sistema nervioso central
- Eje neuroendocrino-hipotálamo-hipofisario-adrenal
- Sistema inmune del intestino
- Neurotransmisores y reguladores neuronales
- Barreras mucosa-intestinal y hematoencefálica
La principal vía moduladora por donde llegan las señales al cerebro desde el intestino es a través del nervio vago.
Una alteración de la microbiota y la disbiosis afectan tanto a la comunicación de señales a través del nervio vago así como a la liberación de neurotransmisores. Esto repercute de manera significativa con la aparición de manifestaciones psiquiátricas.
La estimulación del nervio vago puede ayudar a tratar trastornos psicológicos incluyendo episodios de depresión severa.
Esta estimulación del nervio vago puede realizarse mediante la administración de probióticos y prebióticos (mínimo durante 4 semanas) lo que conduce a una disminución de las regiones cerebrales involucradas en el procesamiento emocional de los estímulos negativos/tristes.
Las personas que sufren o tienen un mayor riesgo de sufrir trastornos del estado de ánimo, procesan estímulos negativos y positivos de manera sesgada (estos sesgos dependen de la naturaleza específica del estímulo).
El sesgado de las emociones representa un marcador clave de la depresión y la ansiedad.
El consumo de prebióticos afecta a la atención emocional y los participantes muestran un menor sesgo hacia la información negativa y una disminución de la reactividad cognitiva al estado de ánimo triste.
Por el contrario, el uso de antibióticos, que altera la microbiota de manera negativa, está relacionado con un mayor sesgo hacia la tristeza.
Por otro lado, las bacterias del sistema digestivo intervienen en la síntesis de serotonina (hormona de la felicidad). De manera que, una desregulación de estas bacterias se traduce en una menor síntesis de serotonina y, por lo tanto, un menor estado de felicidad y bienestar.
El mantenimiento de una microbiota sana y diversa mediante un estilo de vida saludable y una correcta alimentación puede prevenir la aparición de trastornos psicológicos.