Impacto de un resultado positivo en test de aliento de glucosa, lactosa y fructosa en los síntomas y calidad de vida en síndrome de intestino irritable

Loo QY et al. Impact of Positive Glucose, Lactose, and Fructose Hydrogen Breath Tests on Symptoms and Quality of Life in Irritable Bowel Syndrome. J Gastroenterol Hepatol. 2025 Jan 23. Online ahead of print.

La producción de gas debida a la fermentación de azúcares por la malabsorción de fructosa (FM) o la malabsorción de lactosa (LM) y el sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO) contribuyen al desarrollo de síntomas gastrointestinales en pacientes con síndrome del intestino irritable (SII). Sin embargo, el impacto de la malabsorción de carbohidratos, a diferencia del SIBO, es relativamente desconocido.

Se realizó un estudio prospectivo multicéntrico de adultos con SII que se sometieron a una prueba de aliento de hidrógeno (HBT) (glucosa, 75 g; lactosa, 25 g; o fructosa, 25 g). Se evaluó la proporción de pacientes que dieron positivo en la prueba de aliento de glucosa, fructosa y lactosa. Se compararon la gravedad de los síntomas, la psicología y la calidad de vida de los sujetos con SIBO con los que tenían LM y/o FM. Se exploraron los factores independientes asociados con el SII grave (escala de gravedad de los síntomas del SII: IBS-SSS > 300).

Se incluyeron 116 sujetos (edad media de 56 años, 35,3% varones). De ellos, el 23,3% (27/116), el 85,7% (24/28) y el 44,4% (16/36) dieron positivo en la prueba de HBT de glucosa, lactosa y fructosa, respectivamente. Entre aquellos con un HBT positivo (n = 65), los pacientes con SIBO tenían más probabilidades de tener el subtipo de SII con predominio de diarrea (77,8% frente a 47,4%, p = 0,014). El SII grave se asoció con SIBO, en comparación con LM/FM (SIBO: 36,4% frente a LM: 9,1%/FM 13,3%, p = 0,016). Con un análisis multivariable, el SIBO (OR 5,25, p = 0,028) y la depresión (OR 5,59, p = 0,030) se asociaron de forma independiente con el SII grave.

Aunque la LM y la FM coexisten comúnmente en el SII, su relevancia clínica parece ser menos significativa que la del SIBO. La conexión entre el SIBO y la depresión refuerza la importancia del eje microbioma-intestino-cerebro en el SII.

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