Aunque pueden presentar síntomas parecidos, las tres cosas presentan una etiología completamente distinta.

Veamos qué es cada una:

  • La alergia alimentaria es una reacción adversa mediada por el sistema inmunológico. Los síntomas aparecen de forma repentina a los pocos minutos de la intesta.
  • Intolerancia alimentaria: no entra en juego el sistema inmunitario. Es una reacción adversa del organismo hacia alimentos que no son digeridos, metabolizados o asimilados en nuestro organismo.
  • Toxiinfección: reacción adversa de nuestro organismo causada por la ingesta de una sustancia tóxica (toxinas, contaminantes…etc.). La reacción depende de la dosis ingerida.

 

Una alergia alimentaria puede desarrollarse y dar la cara después de muchos años, nunca en la primera ingesta. Puede ser que un alimento que llevas tomando toda la vida te dé reacción de repente. Los síntomas aparecen muy rápido (máximo a los 30 min tras la ingesta) y pueden ser cutáneos, respiratorios o digestivos.

 

A diferencia de la alergia, una intolerancia sí que aparece en el primer contacto. Pues se produce porque a nuestro cuerpo le faltan las “herramientas” necesarias para digerir y metabolizar este alimento de manera que  éste queda circulando por el intestino y es metabolizado por las bacterias de nuestra microbiota dando lugar a gases y otros metabolitos que son tóxicos para nuestro organismo.

Las intolerancias más frecuentes son a la lactosa, fructosa, sorbitol o histamina. No existe ningún medicamento que pueda curar una intolerancia. El tratamiento se basa en la suspensión de los alimentos.

 

Como hemos comentado anteriormente, una intoxicación alimentaria se produce por la ingesta de un alimento contaminado. El principal síntoma es una diarrea aguda y muy acuosa que en muchos casos desemboca en deshidratación.

Es muy importante manejar los alimentos de forma higiénica y lavarlos bien antes de comer para evitar la ingesta de tóxicos.